viernes, 1 de noviembre de 2019

Día de los Santos



De acuerdo al Nuevo Testamento, los Santos son el cuerpo de Cristo, considerando a todos los cristianos como Santos, debido a su unión con Dios. Quiere decir entonces, que los Santos están en la tierra. Sin embargo, para la Iglesia Católica, los Santos están en el cielo, los cuales conforman la llamada Iglesia Triunfante, ya que interceden ante Nuestro Señor Jesucristo por la humanidad, por los seres vivos y por los difuntos.
Son varios años dedicados al trabajo hagiográfico, cuyos resultados en forma de síntesis presento en mis libros y en algunos artículos en el blog de Fernando, resaltando la Vida de Hombres y Mujeres que vivieron la experiencia de la santidad, todos ellos grandes en la virtud, llevando adelante su Misión de vida.
Hoy, al celebrar la Iglesia Católica el día de todos los Santos, les describo algunos detalles que en esas investigaciones me llamaron la atención de la vida de esos Hombres y Mujeres llamados Santos:
San Agustín, en su juventud en muchas oportunidades se dejaba llevar por sus pasiones mundanas y por los impulsos de su sensualidad. Sin embargo, en su obra más famosa “Confesiones” referente a su autobiografía, se autocrítica fuertemente esta etapa de su vida. San Isidro Labrador, se le atribuyen muchos milagros; siendo el más significativo el del pozo de agua. En uno de sus paseos dominicales al campo con su esposa y su pequeño hijo; mientras ellos jugueteaban dejaron al niño en su cesta cerca de un pozo de agua, muy profundo. Un movimiento brusco del bebe hizo que cayera al fondo del pozo; al darse cuenta de lo ocurrido y ante la imposibilidad de rescatar al bebe, por la profundidad del pozo, deciden arrodillarse y empezar a orar con mucha fe, al tiempo que el agua del pozo empezó a subir, y con ella la cesta y el niño.  San Expedito, cuenta la historia que se le apareció un espíritu malo en forma de cuervo. El cual le gritaba que dejara la decisión para mañana y que no tuviera apuro. Pero San Expedito, pisoteando al cuervo gritó Hoy. Y es por esa razón que San Expedito es un Santo que atiende las cosas urgentes. San Fernando, siendo rey confiaba más en las oraciones que en sus soldados; y es por eso que sostenía que los templos eran los alcázares de su reino, los religiosos sus muros y los coros de los religiosos los escuadrones que lo defendían. Santa Maravillas de Jesús, la madre María Josefa fue quien la acompañó en sus últimos días de vida y pocos días antes de su muerte le dijo: ¡Madre te vas al cielo! A lo que Madre Maravillas de Jesús responde ¡Qué bueno, por qué no me lo habías dicho antes! San Clemente, se le atribuye el uso de la confirmación según el rito de San Pedro, igualmente el uso de la palabra Amén en las ceremonias religiosas. Escribió la Carta a los Corintios. San José de Cupertino, el Fraile José de Cupertino, se hizo famoso por sus numerosas levitaciones, a las que él llamaba “ataques de mareo”. Siendo la primera de ellas, cuando presidía la procesión de San Francisco de Asís, entrando al templo del convento, se elevó hasta la altura del púlpito, permaneciendo en el aire inmóvil por un largo tiempo. Sin embargo, su levitación más renombrada, fue cuando diez obreros querían trasladar una pesada cruz a una montaña, sin poder lograrlo, en ese momento el Fraile toma la cruz en sus manos, se eleva por los aires y coloca en lo alto de la montaña la pesada cruz. San Benito de Abad, Se le atribuyen muchos milagros, entre ellos el del muchacho que no sabía nadar y se estaba ahogando al caer en un lago de aguas profundas, San Benito ordenó a uno de sus discípulos a que se lanzará al lago a salvar al joven, quien fue rescatado sano y salvo; el milagro surge porque el discípulo no sabía nadar pero su obediencia al santo le había permitido atravesar esas aguas tan profundas sin saber nadar. San Juan Bautista, sufre una terrible muerte, ejecutado en una prisión, ejecución ordenada por Herodes, como retaliación, por haber denunciado su unión incestuosa con su sobrina. Una vez ejecutado su cabeza fue ofrecida en bandeja de plata a Salomé, hija de Herodías, quien llena de odio la había solicitado. San Lucas el Evangelista, según la tradición, se dice que fue pintor, y se le atribuye la pintura del primer retrato de la Virgen. Siendo esta la razón por la que se le llama San Lucas el  Evangelista y Pintor de la  Santísima Virgen María. San Roque, un día se contagió de la peste, por no causar molestia alguna, decidió retirarse a un bosque solitario y junto en el lugar donde se refugiaba brotó un aljibe cuyas aguas eran cristalinas, las cuales le sirvieron para refrescarse. Un perro de una de las casas importantes de la ciudad, cada día tomaba un pan de la mesa de su dueño y se dirigía al bosque a llevarle el pan a Roque. Un día el amo siguió al perro y se encontró con Roque, se lo llevó a su casa y lo curó. San Braulio, su obra más reconocida es el “Epistolario”, es una colección conformada por cuarenta y cuatro epístolas, de allí su nombre,  que ofrecen una amplia documentación acerca de la cultura de su tiempo. Llamó la atención de este Epistolario, que en su última carta, presiente el final de sus días y escribe: “esperando estoy cada día el fin de mi doliente condición mortal.” Santa Rosa de Lima, Ricardo Palma, autor peruano, en su libro “Tradiciones Peruanas”, hace mención a los milagros de Santa Rosa de Lima, dentro de los que se encuentra el del gallito. En su casa tenían un gallito enfermo al que su madre quería sacrificar, al enterarse Rosa de las intenciones de su señora madre, fue y le habló al gallito, diciéndole que se levantará y cantará fuertemente, que solo así podía salvar su vida, de inmediato el gallito se puso en pie, agitó sus alas y cantó más fuerte que nunca. San Martín de Porres, modelo perfecto de humildad. Se sentía contento por ser hijo de una esclava. Se consideraba el peor de los nacidos, e indigno del hábito que llevaba; no perdía ocasión de humillarse, gozando cuando se veía despreciado o insultado. Cuando le honraban personas distinguidas, corría a un lugar oculto, y se disciplinaba duramente; se abofeteaba diciendo: -Pobre infeliz ¿cuándo mereciste?.., No seas soberbio; bien conoces que eres un ruin, que naciste para esclavo de estos señores, y que sólo por amor a Dios pueden sufrirse tantos religiosos santos. San Juan Pablo II, considerado como el apóstol de la misericordia. Además de llevar amor y misericordia a enfermos, ancianos, desprotegidos, encarcelados, huérfanos y pobres; llevo también misericordia a quienes no compartían del todo sus ideales y religión, y aún más, concedió el perdón misericordioso a quien lo hirió de muerte. Santa Bárbara; Al enterarse su padre pagano, el Rey Dioscóreo, de sus creencias cristianas la encierra en su castillo para obligarla a la apostasía, al no lograrlo la asesinó de la manera más cruel: decapitándola, pero el mismo día que asesina a su hija Dioscóreo muere fulminado por un rayo. De tal manera que Santa Bárbara muere por ser fiel a Nuestro Señor Jesucristo y es por eso que su muerte es un testimonio de fe para todos. Santa Margarita María, fue una monja católica francesa, conocida por haber recibido las famosas apariciones del Sagrado Corazón de Jesús. Decía que en unas de las apariciones la reprendió fuertemente, que según ella "Me lanzaba Jesús flechas tan ardientes, que traspasaban mi corazón y lo consumían dejándome como transida de dolor. Pasando esto, volvía a mis resistencias y vanidades".
Confieso mi gran devoción a los Santos, de los cuales puedo decir que gracias a sus intercesiones ante Dios, he conseguido gracias infinitas y sobre todo en lo referente a mi salud.

2 comentarios:

  1. Gracias por darnos una lección de Fe con este tipo de artículos, interesante la historia de cada uno de los Santos que allí mencionas.

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  2. Excelente referencia al Día de los Santos, Fernando.
    Con tan extenso trabajo hagiográfico, me imagino lo difícil que sería para tí escoger algunas pocas referencias, pero todas muy bien seleccionadas.
    Gracias por tus oportunos aportes apreciado amigo.
    Cariños, Ede

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