jueves, 21 de marzo de 2013

DOMINGO DE RAMOS

 
El domingo de Ramos, marca el inicio de la Semana Mayor, semana en la que recordamos la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo. Este día celebramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén; y que en las Sagradas Escrituras se le denomina La entrada mesiánica en Jerusalén”, y en ellas encontramos que estando cerca de Jerusalén, en el monte de los olivos, Jesús envió al pueblo a dos de sus discípulos, para que trajeran un asna y un pollino, advirtiéndoles que si alguien les decía algo, le respondieran “El Señor las necesita pero enseguida las devolverá”.  Todo esto sucede en cumplimiento de lo dicho por el profeta: “Decid a la hija de Sion: He aquí que tu Rey viene a ti, manso y montado en un asna y un pollino, hijo de animal de yugo”  (Mateo 21:5).
 
Cumplido el encargo, los discípulos traen el asna y el pollino, colocando sobre ellos sus mantos y sentando encima a Jesús; y así, emprenden su camino a Jerusalén, en el trayecto la multitud extendía sus mantas, mientras que otros cortaban palmeras y remos que tendían por el camino, todo ello como muestra de que Jesús era el Mesías. Mientras que a su vez la gente que lo acompañaba gritaban: “¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”.
Y de esa manera hace su entrada triunfal Jesucristo a Jerusalén, conmocionando a la ciudad entera, quienes preguntaban ¿Quién es él? A lo que sus acompañantes gritaban “Este es el profeta Jesús de Nazaret de Galilea”. (Mateo 21:11).
 
 
Para nosotros los cristianos católicos, este domingo no debe limitarse a recoger la palma bendita en la iglesia. Sino también debemos reflexionar sobre lo que representa Cristo para nosotros y ratificar nuestro deseo de seguirle siempre como el Mesías de nuestras vidas.