viernes, 8 de junio de 2018

La Cruz del Perdón



La Cruz, representa el símbolo religioso más universal. Destacando su importancia al valor que representa en cuanto al amor, la fe y la fidelidad. Para los cristianos es una representación del madero dónde fue crucificado nuestro Señor Jesucristo a cambio de nuestra salvación.
“El mismo que, sobre el madero, llevó nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, viviéramos para la justicia; con cuyas heridas habéis sido curados”. (1 Pedro 2:24).
La Cruz del Perdón, es una pequeña capilla, en cuyo interior se encuentra la cruz original del perdón, la cual fue colocada inicialmente en el año 1905 a las riberas del río Orinoco, en unas piedras, por un grupo de ciudadanos bolivarenses; en agradecimiento por haber retornada salvos e ilesos de la batalla liberada en las adyacencias del poblado conocido hoy día como Moitaco, perteneciente al municipio Sucre del estado Bolívar, a unos 90 kilómetros de Ciudad Bolívar, capital del estado. Siendo este acontecimiento, como el primer milagro de la Cruz del perdón.
La capilla del Perdón, fue declarada por el Instituto de Patrimonio Cultural, el 20 de septiembre de 2003; como bien de interés cultural, por lo que es considerada como un emblema cultural e histórico. Al mismo tiempo de ser reconocida por su historia de fe y milagros concedidos.
Su festividad se celebra el 3 de mayo, día de la cruz de mayo; la cual tiene una tradición de más de 100 años.
El milagro a Luisa Márquez de Castro
Hacia el año 1952, Simón el hijo de Luisa,  siendo un niño de 8 años padecía una terrible enfermedad mental-emocional y sin habla; luego de dieciocho largos meses de padecimiento, fue desahuciado por los médicos, uno de ellos le dijo “solo un milagro podría curarlo”. Es así, como Luisa, como mujer católica y con una profunda fe, consideró las palabras del médico y se dirigió al lugar donde estaba la Cruz del Perdón y le imploró que le hiciera el milagro de la recuperación de su hijo Simón. Prometiéndole, mandar a hacer una Cruz para tenerla en su hogar, vestirla y hacerle su rosario todos los 3 de mayo. A  los pocos meses, la Cruz del Perdón le concedió el milagro; su hijo Simón hacía un viaje al campo con su padre Simón, y de repente de forma milagrosa en el trayecto se cruzó un ave, la cual identificó y llamó por su nombre, para sorpresa de su padre y desde ese día Simón el hijo de Luisa sanó completamente. Luisa cumplió su promesa y todos los años de su vida, vestía y celebraba el velorio a la Cruz. En el año 1977, fallece Luisa, sin embargo su hijo Simón y su esposa Alicia, siguen cumpliendo con la promesa de su señora madre. Vistiendo la misma Cruz y rezando su rosario cada 3 de mayo.
“Jesús, que lo oyó, le dijo:”. (Lucas 8:50).