martes, 4 de septiembre de 2018

San Roque



   Nació en Montpellier-Francia, en el año 1295. Su nombre significa “Fuerte como roca”. Fue un peregrino que se trasladó a la ciudad de Roma, recorriendo Italia, dedicándose en su recorrido a curar a todos los enfermos que habían sido contagiados por la peste de tifo. Se hizo famoso por los favores que conseguía para pobres y enfermos.
     San Roque, perteneció a una familia adinerada. Sin embargo, al fallecer sus padres, decidió vender todas sus propiedades heredadas, repartir el dinero entre los más pobres y se marcha hacia Roma, como un pobre y humilde peregrino, dedicándose a la visita de santuarios.
     San Roque, perteneció a la Orden Tercera de los Franciscanos, considerada como una rama de esta consagración, reservada a las personas laicas que desean vivir bajo la espiritualidad del Seráfico San Francisco de Asís. Reconocida por el papa Pio IV en el año 1547.
     Acontecía que al estallar la peste de tifo, moría mucha gente. San Roque, se dedicó a asistir a los enfermos más abandonados, llegando a curar a muchos a través de la Señal de la Cruz sobre su frente, mientras que a otros los ayudaba a morir. De allí, que cuando lo veían, le gritaban “Ahí viene el Santo”. Y es que de niño su padre trazó en su cuerpo una Señal de la Cruz.
     Pero sucedió, que un día se contagió de la peste, por no causar molestia alguna, decidió retirarse a un bosque solitario y junto en el lugar donde se refugiaba brotó un aljibe cuyas aguas eran cristalinas, las cuales le sirvieron para refrescarse. Un perro de una de las casas importantes de la ciudad, cada día tomaba un pan de la mesa de su dueño y se dirigía al bosque a llevarle el pan a Roque. Un día el amo siguió al perro y se encontró con Roque, se lo llevó a su casa y lo curó.
     Unas versiones populares sostienen que fue el mismo perro quien curó a Roque, después de lamerle varias veces la herida de su pierna, curando así al santo en el mismo bosque.
     De todas maneras, sea cual sea la versión verdadera, lo que sí es digno de reconocer es el gesto de amor y bondad del perro, por traerle alimentos o bien por curarlo. Quizás sea esta, una de las razones que en varios países del mundo y especialmente en países de América, San Roque sea considerado y venerado como patrono de los perros.
     San Roque, una vez curado, regresa a Montpellier, pero se encontró que la ciudad estaba en guerra; los militares lo confunden con un espía y procedieron a su encarcelamiento, donde permaneció por cinco años prisionero injustamente. Finalmente, muere como un santo el 16 de agosto de 1378. Posterior a su muerte es declarado Santo por el papa Gregorio XIII en el siglo XVI. Y su festividad se celebra el 16 de agosto.
Súplica a San Roque por las mascotas
     ¡San Roque piadoso! Con la misma humildad que te caracterizó en vida. Te pedimos por la salud de nuestras mascotas. Cúbrelas con tu poderoso manto cargado de amor. Ayúdanos a ser responsables, justos y buenos con ellos y que aprendamos a apreciar en su mirada esos ojos cargados de amor hacia nosotros. Protege a las mascotas injustamente abandonadas y sálvalas del maltrato de los seres humanos insensibles. Te lo pedimos con nuestro ferviente amor a Dios. Amén.
            Nuestra mascota de nombre Bella, el pasado 20 de agosto, sufrió un envenenamiento, tan fuerte que se temía que sobreviviera. Acontecía que por esas cosas de la vida, en esos días le estaba rezando la novena a San Roque. Ese día, le pedí con mucha fe que nos salvara a nuestra mascota, mi oración fue escuchada y Bella sobrevivió al envenenamiento y su recuperación fue más rápida de lo que se esperaba. Supe de la vida de San Roque, porque actualmente, estoy realizando un trabajo hagiográfico sobre la vida de algunos santos, los cuales voy a incluir en mi próxima obra “Hagiografías y Súplicas”. Y precisamente seleccioné a San Roque, porque mi padre era devoto de San Roque, a finales de la década de los 50 abrió una pequeña tienda, en el anexo de nuestro hogar, ubicado en la Avenida Vidal N° 8, de Ciudad Bolívar-Estado Bolívar-Venezuela y recuerdo que se llamaba “Almacén San Roque” y en el aviso aparecía una imagen de San Roque acompañada de un perrito que le ofrecía un pan. Por todo lo antes expuesto, el artículo de este mes lo he querido dedicar a San Roque. Por salvar a nuestra mascota y en honor a mi difunto padre Noé Simón Castro Bellizia.