De manera sencilla se
puede definir a la devoción como la admiración, el amor y el respeto que
llegamos a sentir hacia algo. Al hablar de devoción no podemos dejar de hablar
de dos aspectos íntimamente relacionados con la devoción: el fervor y la veneración. Y es que se dice que la devoción es la
veneración y el fervor que se siente hacia lo religioso, puestos de manifiestos
a través de la oración y otras prácticas religiosas. Desde el punto de vista
religioso, tenemos que la veneración es el culto que se le rinde a Dios, a la
Virgen, a los Santos y todas las cosas sagradas; mientras que el fervor es la
pasión que ponemos al rendir ese culto. Es por eso, que al hablar de devoción
con lo primero que la relacionamos es con la religión, aunque también esa
devoción puede ser hacia una persona, una idea, un estilo de vida. Pienso que
tenemos que evitar la devoción hacia una persona, partiendo del hecho de que
todos somos iguales ante los ojos de Dios, lo que podemos hacer y es muy válido
es amarla y respetarla; más no venerarla.
En la Iglesia Católica
encontramos muchas manifestaciones de devoción siendo una de ellos el misario
donde están escritas todas las oraciones que deben seguir los feligreses
durante el desarrollo de la misa. Igualmente, la Iglesia Católica asigna
algunos meses del año para celebrar algunas consagraciones; así tenemos que el
mes de mayo es consagrado a la Virgen María, el de marzo al Patriarca San José,
en junio al Sagrado Corazón de Jesús, en julio a la Preciosísima Sangre de
Nuestro Señor Jesucristo, el mes de octubre al Santo Rosario, el mes de
noviembre a los fieles difuntos y el mes de diciembre a la Natividad del Niño
Jesús. Igualmente las novenas que aunque no forman parte de las oraciones
oficiales de la Iglesia Católica, sin embargo es un ejercicio de devoción por
medio del cual durante nueve días rezamos a un santo o a una virgen ya sea para
pedir un favor o simplemente por veneración, de allí que no dejan de ser
manifestaciones de devoción. Todos ellos representan actos de devoción. Lo
importante es que la devoción sea un medio para alcanzar nuestra paz y
satisfacción espiritual.
En lo personal puedo decir
que tengo devoción por la novenas siendo un ejercicio que me ha proporcionado
mucha paz, seguridad y ha contribuido grandemente en mi crecimiento espiritual.
Es así, como el año 2011 escribí una novena en Honor al Cristo del Buen Viaje
de Pampatar, en donde pongo de manifiesto mi gran devoción hacia ese Cristo.
Otro ejercicio que hago todos los días es la devoción a las Tres Avemarías,
consiste en rezar tres avemarías todos los días, yo lo hago de la manera como
lo hacía en vida la Beata Candelaria de San José:
Por el poder y la gloria que sobre
todas las criaturas concedió el Padre a María Santísima (Avemaría)
Por
la Sabiduría y la virtud con que el Hijo de Dios ilustró el alma de su
Santísima Madre (Avemaría)
Por
el amor con el Espíritu Santo inflamó el corazón de la Santísima Virgen (Avemaría)
La devoción es la entrega, la fe, el querer algo.
ResponderBorrarCuando tengo devoción me siento acompañada mediante la oración, al pedir, al creer.
Me encanto el tema de este mes, gracias.
Violeta