miércoles, 1 de junio de 2022

El hombre de Dios

 

 

 Nuestra Señora de Edesa. Venerada en Asia Menor y por San Alexis. A través de un sacristán a quien le habló, para revelarle que Alexis era un "hombre de Dios" y de esa manera da a conocer la santidad de Alexis en todo el pueblo de Edesa, en Asia Menor.

 A San Alexis, también se le conoce como San Alejo, era hijo de un prominente senador romano llamado Euphemian, de familia rica y honrada. Euphemian y su esposa Algas se caracterizaban por ser católicos devotos. Pasaron mucho tiempo de unión conyugal sin tener hijos; luego de tantas oraciones a Dios, tuvieron un hijo al que llamaron Alexis.

A pesar que desde muy joven Alexis deseaba consagrar su vida entera a Dios, por lo que no estaba dentro de sus planes  casarse. Sus padres le eligieron por esposa a una joven perteneciente a la familia imperial. Alexis en un gesto de obediencia a sus padres accede contraer matrimonio con la joven seleccionada. No obstante después de la ceremonia, por inspiración divina, se quitó la venda de la boda y se lo devolvió a su novia.

Pero parece ser, que la novia había estado de acuerdo con Alexis de antemano de esta decisión. Luego de esto Alexis sale de Roma de manera secreta, embarcándose hacia un nuevo destino Siria. De allí, viajó a Edesa, donde, a pesar de haber sido rico, empieza a vivir como un mendigo permaneciendo a la entrada de la iglesia dedicada a la Santísima Virgen María, Nuestra Señora de Edesa. Sin saber los motivos de su desaparición, su familia lo buscó en vano durante muchos años.

Alexis era feliz con su vida de mendigo, sobreviviendo con las pocas limosnas que recibía cada día después de rezar ante la imagen de la Santísima Virgen en el Santuario.

Dedicó gran parte de su tiempo  a cuidar los enfermos y desposeídos en el hospital de Edesa. Era muy reservado al punto que nunca hablaba de sí mismo y mucho menos de la vida que había dejado atrás a tal punto que ni siquiera revelaba su nombre.

Y es así, como un buen día, la imagen que tanto veneraba Alexis habló a un sacristán, revelándole que Alexis era un “hombre de Dios”, dando a conocer de esta manera la santidad de Alexis a todo el pueblo de Edesa.

Ante tal revelación de Nuestra Señora de Edesa, al saberse inesperadamente venerado como santo, se sintió humillado y decidió huir de la ciudad hacia un lugar donde pudiera vivir como un desconocido. Es así, como abordó un barco a Tersa, sin embargo debido a una tormenta la embarcación se vio obligada a regresar a la costa italiana. Alexis consideró que este hecho era una manifestación de Dios, por lo que regresa a su ciudad natal. Sus padres todavía estaban vivos, pero no reconocieron a su propio hijo.

Al llegar a su ciudad, consiguió un modesto empleo y un rincón debajo de una escalera donde dormir. Y nunca revelo su nombre. Y así, vivió sus 17 años restantes de vida como un completo extraño en su propia casa, teniendo que sufrir el desprecio y las burlas de los siervos de sus padres, lo cual soportó con paciencia y humildad.

Al morir Alexis, sonaron por si solas las campanas de la iglesia. Estando el Papa Inocencio celebrando una misa fue interrumpido por una voz que le decía “Buscad al hombre de Dios”. A su búsqueda se unió el emperador romano, siendo guiados por la voz misteriosa, hasta encontrar su cuerpo, debajo de la escalera donde había fallecido.

Al fin, se reveló su identidad, al encontrar un pergamino escrito por San Alexis donde de manera detallada relataba la historia de su vida, cumpliendo de esta manera lo que Dios le había ordenado.  Y es así, como los padres de Alexis se enteran que el mendigo que vivió debajo de la escalera alimentándose con las migajas de su mesa, era su propio hijo.

La Iglesia Católica celebra la festividad de San Alexis el 17 de febrero. Y el 2 de junio la festividad de Nuestra Señora Edesa.

 

 

Fuente referencial:

https://fatimazoporlapaz.org/2-junio-nuestra-senora-de-edesa-asia-menor/

http://mariamadrecelestial.blogspot.com/2014/06/02-de-junio-nuestra-senora-de-edesa.html

https://gloria.tv/post/xhQpyZaRJyXp3KAcD7iYGzsgF

 

 

2 comentarios:

  1. Excelente historia. San Alexis (así se llama mi hermano). Y nuestra señora de Adesa. Muy gratificante

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  2. Esta historia cuenta la humildad y entrega de Alexis como "hombre de Dios", quien hace el bien sin pretender reconocimiento alguno, cuidando enfermos y desposeídos en el hospital.
    Al regresar a su casa y vivir como un completo desconocido, debajo de las escaleras y alimentarse de las migajas, creo que les da también una lección de humildad a sus padres.
    Realmente fue un "hombre de Dios" haciendo el bien y dando ejemplos de bondad y sacrificio por los necesitados, incluso poniéndose a su nivel, ejemplo a seguir.
    Gracias apreciado Fer
    Cariños
    Ede

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