Es la actitud que asume
una persona, para actuar con moderación, compostura y sobriedad, reflejadas en
sus palabras, acciones y sentimientos. Evitando siempre de no caer en excesos,
manteniendo la sensatez y la cordura.
De tal manera que podemos
considerar a la moderación como un valor de gran importancia para mantener el
equilibrio y vivir en bienestar. Puesto que nos ayuda a disfrutar de una vida
personal, familiar y afectiva sin excesos y sin exageración. Indudablemente
cuando actuamos con moderación nuestras relaciones interpersonales son más
efectivas.
Ser moderado implica
comportarse con mesura y prudencia. Precisamente, la prudencia es la cualidad
que nos hace cuidadosos en nuestro comportamiento y en nuestro hablar,
manteniendo nuestro sentido de justicia, sensatez y cautela; evitando así malos
entendidos y problemas con nuestros semejantes. Así como, con un verdadero
respeto por la vida de los demás.
Desde el punto de vista
político, la moderación debería ser una forma de actuar de manera equilibrada,
justa e imparcial, evitando por todos los medio el radicalismo y el extremismo,
que bajo ninguna circunstancia representen un peligro y una amenaza eminente
para la seguridad, la salud y la vida de las personas; más bien ser conciliadora,
y jamás revolucionaria. La política debe ser conductora de evolución y nunca
involución.
Desde el punto de vista
religioso, la prudencia se nos da para el recto gobierno de nuestras acciones
particulares, se guía por la razón iluminada por la fe. Un buen cristiano debe
ser prudente y moderado, ya que es una de las cualidades que más agradan a
Dios. De acuerdo con las Sagradas Escrituras, la insensatez no es del agrado de
Dios: “Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cual sea la voluntad
del Señor.” (Efesios 5).
En varias citas de la
Palabra de Dios, nos hacen referencias acerca de los hombres que se comportaron
con prudencia, uno de ellos fue José, tal como leemos en el libro de (Génesis
41:39) cuando Faraón le dijo a José: “Puesto que Dios te ha hecho saber todo
esto, no hay nadie tan prudente ni tan sabio como tú.”
Otra cita que podemos
encontrar es la de David antes de ser rey, fue llamado para que tocara el arpa
al rey Saúl el cual era atormentado por un espíritu, y uno de los criados dijo
conocer a uno de los hijos de Jesé, que era un hombre prudente en sus palabras:
“Entonces
uno de los criados respondió, diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Jesé
de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso, y hombre de guerra,
prudente en sus palabras, y hermoso, y el Señor está con él. (1 Samuel
16:18).
Para el cristiano es de
sabio el saber callar: “Aún el necio, cuando calla, es contado por
sabio; el que cierra sus labios es entendido.” (Proverbios 17:28).
Igualmente, en los
momentos difíciles y tormentosos, el cristiano debe ser sensato y no actuar
impulsivamente: “Por eso el hombre sensato calla en esta hora, que es hora de
infortunio.” (Amós 5:13).
El 1º de febrero, la Iglesia
Católica celebra la festividad en honor a la Beata venezolana Candelaria de San
José, revisando su vida, nos encontramos que una de sus grandes virtudes,
precisamente, era la prudencia. La Madre Candelaria siempre procedía con recta
intención siendo su único deseo el de agradar a Dios, ganarse su gloria, así
como el bien de las almas.
Para todos los católicos,
la Beata Candelaria de San José representa un digno ejemplo a seguir. No
solamente pos su prudencia, sino también por su humildad ante Dios y ante el
prójimo, así, como por su sentido de justicia, la cual practicó en todas las
circunstancias de su vida, cumpliendo sus deberes para con Dios, para con su
prójimo y para consigo misma.
Sabia reflexión tomaremos encuentra la mesura como un elemento importante en nuestras vidas, mas aun en estos tiempos tan difíciles en nuestro país
ResponderBorrarFernando en relación a la mesura considero que más que una virtud es un ejercicio de vida, que supone querer alcanzarla como bien deseable, luego ejercitarse en ella, para hacerla un hábito de vida saludable,el entrenamiento para alcanzar mesura pasa por la auto-observación, detenernos a observar que cerebro nos controla, el reptil es muy rápido,se vacía en el límbico y cuando nuestro cerebro quiere responder de manera inteligente ya el agua se derramo. Realmente creo que la mesura nos puede evitar problemas, tomo tu artículo como una invitación al ejercicio de la virtud.
ResponderBorrarGracias.
La Mesura, tema muy difícil de tratar en estos momentos tan duros que atravesamos como país. Sin embargo más que apropiado es el momento, diría yo, porque cuando estamos en situación cómoda y manejable, no se necesita moderación ni prudencia, así pues, propicia la ocasión para "trabajar" la mesura.
ResponderBorrarFíjate la opinión tan interesante de Flor María, que considera que la mesura debe ser un ejercicio de vida, y es que no la puedes obtener de la nada ni repentinamente, menos en la actual crisis que todos padecemos. En la medida que la trabajas y ejercitas la vas adquiriendo de manera concienzuda.
Es que tener mesura es tener control y prudencia pero también nos permite escuchar, eso es algo igual de importante. Callarnos cuando en realidad queremos gritar, aun teniendo la razón, nos permite reconocer los otros argumentos y ver las cosas con otra óptica y en diferentes dimensiones, que más allá de comprender, nos enriquecen.
Gracias Fer, siempre tan acertado.
Cariños
Ede