Al hablar de prosperidad, también hacemos referencia a la abundancia; y es que efectivamente, juntas forman una llave excelsa para el bienestar del individuo.
Conseguir prosperidad y abundancia es una de las metas más soñadas de muchas personas; pero en realidad sabemos de qué se trata cada una de ellas.
Bien, podemos definir como Prosperidad toda situación de bienestar; así como también alcanzar el éxito en todo lo que un individuo emprenda; aunque esa situación puede estar referida a un bienestar material o económico; la prosperidad no es conveniente definirla en función del dinero; puesto que la verdadera prosperidad es de naturaleza espiritual, relacionada más con el amor, y es que pienso que el amor lo es todo, porque simplemente lo tiene todo.
Así pues, prosperidad es gozar de buena salud, de sabiduría e inteligencia, de relaciones personales afectivas y de entusiasmo.
Por su parte la Abundancia, en primer término significa plenitud, algo grande y también se puede entender como riqueza; sin embargo, podemos ir más allá y decir que la abundancia es una realidad, la cual es reconocida por todos y es que ningún ser humano puede lograr lo que no existe o algo desconocido. Y a lo que se puede añadir que es una realidad a la que no podemos ignorar y es más, que se puede alcanzar si conocemos su naturaleza; de allí que son muchas las personas que disfrutan de abundancia.
Todos tenemos acceso a la prosperidad y a la abundancia, pero todo va a depender de nuestra autoestima y de nuestra actitud; tenemos que empezar venciendo los obstáculos, como por ejemplo la creencia de que no la merecemos, creencia muy falsa, porque todos merecemos una vida prospera y de abundancia. Entonces para que fijarnos límites, si más bien lo que debemos hacer es deshacernos de esas viejas creencias y brindarle un espacio en nuestras mentes a nuevos horizontes, así como avivar ese conocimiento profundo de abundancia que es tu verdadera naturaleza y que viene de ese ser que hay dentro de ti y que no es más que tu ser verdadero el cual es el valor más alto en la vida. De nada vale todo el dinero ganado si pierdes a tu propio ser.
En fin, tú puedes generar prosperidad y abundancia; pero recuerda que eso no significa tener mucho dinero, sino más bien gozar de todas las bendiciones de Dios.
Conseguir prosperidad y abundancia es una de las metas más soñadas de muchas personas; pero en realidad sabemos de qué se trata cada una de ellas.
Bien, podemos definir como Prosperidad toda situación de bienestar; así como también alcanzar el éxito en todo lo que un individuo emprenda; aunque esa situación puede estar referida a un bienestar material o económico; la prosperidad no es conveniente definirla en función del dinero; puesto que la verdadera prosperidad es de naturaleza espiritual, relacionada más con el amor, y es que pienso que el amor lo es todo, porque simplemente lo tiene todo.
Así pues, prosperidad es gozar de buena salud, de sabiduría e inteligencia, de relaciones personales afectivas y de entusiasmo.
Por su parte la Abundancia, en primer término significa plenitud, algo grande y también se puede entender como riqueza; sin embargo, podemos ir más allá y decir que la abundancia es una realidad, la cual es reconocida por todos y es que ningún ser humano puede lograr lo que no existe o algo desconocido. Y a lo que se puede añadir que es una realidad a la que no podemos ignorar y es más, que se puede alcanzar si conocemos su naturaleza; de allí que son muchas las personas que disfrutan de abundancia.
Todos tenemos acceso a la prosperidad y a la abundancia, pero todo va a depender de nuestra autoestima y de nuestra actitud; tenemos que empezar venciendo los obstáculos, como por ejemplo la creencia de que no la merecemos, creencia muy falsa, porque todos merecemos una vida prospera y de abundancia. Entonces para que fijarnos límites, si más bien lo que debemos hacer es deshacernos de esas viejas creencias y brindarle un espacio en nuestras mentes a nuevos horizontes, así como avivar ese conocimiento profundo de abundancia que es tu verdadera naturaleza y que viene de ese ser que hay dentro de ti y que no es más que tu ser verdadero el cual es el valor más alto en la vida. De nada vale todo el dinero ganado si pierdes a tu propio ser.
En fin, tú puedes generar prosperidad y abundancia; pero recuerda que eso no significa tener mucho dinero, sino más bien gozar de todas las bendiciones de Dios.
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