Cuenta la tradición, que
Compagnone de Guarutti y Amata de Guidiani, eran unos esposos de avanzada edad
que no habían podido tener hijos. Es así, por lo que deciden iniciar una
peregrinación que los condujera hasta la tumba donde reposaban los restos de
San Nicolás de Bari y solicitarle la gracia que a través de su intercesión
pudieran tener un hijo.
La leyenda cuenta, que, en
el camino, se les apareció un ángel que los guio hasta la tumba de San Nicolás
de Bari.
Una vez ante la tumba del
santo, le clamaron fervientemente su favor, y estas fueron sus palabras “Si
nos das un varón, lo haremos religioso”.
San Nicolás de Bari, les
otorgó la gracia de concebir y tener un hijo varón, a quien le pusieron por
nombre Nicolás.
Nicolás de Tolentino, nació
en 1245, en San Angelo, Pontano (Italia). Estando ya destinado a ser sacerdote
antes de nacer.
A medida que iba creciendo,
empezó a mostrar una especial afinidad con las cosas relacionadas con Dios y la
vida del espíritu. En su juventud, aprende a dedicarle más tiempo a la oración,
a la vez que emprendía largas caminatas hasta una cueva cercana a la ciudad,
para entregarse a la oración a la vez que imitar a los ermitaños que moraban en
los Apeninos.
A los 12 años, ingresa al
oblato en el convento de los ermitaños de Bréttino, convertido añas más tarde
en la Orden de los Agustinos Ermitaños.
Es así, como Nicolás ya por
cumplir 19 años ingresa a la Orden de San Agustín, ordenándose como sacerdote
en el año 1269 en Cingoli, dedicando su vida apostólica desde Tolentino. Su
vida se convirtió en un dechado de sacrificio y entrega. Dormía sobre una
yacija de paja y ayunó toda su vida. Centro su atención en los pobres y
enfermos.
A Nicolás de Tolentino, de
por si su concepción fue un milagro, sin embargo, se le atribuyen dones
extraordinarios y milagros, siendo cuatro los más reconocidos: el exorcismo de la casa endemoniada, la
imposibilidad de apagar las luces de la iglesia, el sudor del santo, y las
sanaciones que procuró a muchos enfermos.
La ciudad de Tolentino,
había sufrido grandes penalidades producto de las guerras civiles, de allí, que,
a Nicolás, como sacerdote, se le encomendó emprender una campaña de
moralización, que incluía predicas publicas en las calles de la ciudad. Se
entregó en cuerpo y alma a esa misión encomendada, obteniendo como resultado la
conversión y el arrepentimiento de muchos pobladores.
San Nicolás de Tolentino,
falleció el 10 de septiembre de 1305, Cuenta la leyenda, consciente que el
final de su vida se acercaba, le pidió a Dios que lo llevara con ÉL y le
enviara sus ángeles para que lo asistieran en el momento de su muerte. Dicho
esto, vio ángeles venir a su encuentro e inclinó su cabeza y entrega su alma al
Señor.
Transcurridos los cuarenta
años de su muerte, su cuerpo fue encontrado incorrupto. En esa ocasión le
quitaron los brazos, para ser conservados en relicarios, y se dice que
periódicamente de esos brazos brota sangre.
Fue canonizado el 5 de junio
de 1446, por el Papa Eugenio IV, su festividad se celebra el 10 de septiembre y
es considerado como el Santo que intercede por las almas del purgatorio. Esto
se debe a que San Nicolás de Tolentino vio en un sueño que un gran numero de
almas del purgatorio le suplicaban que ofreciera oraciones y misas por ellas. A
partir de ese sueño, se dedicó a ofrecer misas por el descanso de las benditas
almas del purgatorio.
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Nicol%C3%A1s_de_Tolentino
Ángel
Bornos-Eva Prim (2003) Los Santos que nos protegen. Ediciones Robinbook, SL.
Colombia
Muchas gracias por la historia de Compagnone de Guarutti y Amata de Guidiani y de su hijo Nicolas, patrono de las almas del purgatorio
ResponderBorrarEde
ResponderBorrarLa historia de San Nicolás de Tolentino se inicia con la fe de sus padres, ese ejemplo de constancia inquebrantable que nos cuesta tanto y que a ellos, pese a su avanzada edad, nunca les falló.
Valores, también se trata de valores este artículo. Sus padres no solo mantuvieron viva la fe, sino también la palabra comprometida, esa de inculcar y alimentarla la fe a su hijo desde muy temprana edad.
Gracias amigo por estos artículos que siempre dejan una reflexión y una huella.
TQM,
Ede