El quinto mes del año, mayo,
cuyo nombre tiene su origen de una diosa romana llamada Maia,
considerada como la diosa de la primavera y la fertilidad. Siendo en la Edad
Media cuando los cristianos comienzan a relacionar el mes de mayo con la Virgen
María.
Así, nacen las devociones
marianas, como costumbres y prácticas de veneración dirigidas a la virgen
María, influenciadas con el Concilio de Trento, llevado a cabo entre 1545 y
1563, con motivo del renacimiento de la vida religiosa en la Iglesia católica.
Con el transcurrir del
tiempo, se ha ido fomentando esta devoción mariana, los Dominicos y
Franciscanos la promovieron en Italia, erigiendo altares en honor a la virgen
los primeros días del mes de mayo. Los Jesuitas a finales del siglo XVIII la
difundieron en sus misiones.
Actualmente, el papa
Francisco también a incentivado esta devoción, especialmente en la época de la
pandemia.
Es importante destacar, que la verdadera
devoción a la Virgen María, tiene que ver con nuestro mundo interior, puesto
que nace del espíritu y del corazón de quienes la estiman y de la altísima idea
que nos hemos formado de sus grandezas y por supuesto del amor que se le tiene.
Basta, con revisar, algunos pasajes de las Sagrada Escrituras que destacan su
amor, su fe, su obediencia a Dios y la humildad de su corazón. Y de su
acompañamiento a su hijo desde el nacimiento hasta su muerte en cruz.
La Anunciación:
“El ángel le dijo: “No
temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz
un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del
Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y Él reinará sobre
la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin”.
“Entonces María dijo: He
aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se
fue de ella”. (Lucas 1:30-33,38)
El nacimiento del Niño
Jesús:
“Y dio a luz a su hijo
primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no
había lugar para ellos en el mesón”. (Lucas 2:7)
La boda en Caná de Galilea:
“Y faltando el vino la madre
de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún
no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os
dijere”. (Juan 2:3-5)
Jesús desde la Cruz:
“Y cuando vio Jesús a su
madre y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre:
Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al
discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su
casa”. (Juan 19:26-27)
Una de las maneras de
promover esta devoción a la Santísima Virgen María, es mediante la practica del
rezo del Rosario. La devoción al Santo Rosario es muy antigua. Consiste en un
acto de reflexión y meditación de los misterios de Cristo, que sirven para
fortalecer nuestra fe y convirtiéndolo en un verdadero acto de amor y
esperanza. Las letanías a la Virgen, son versos que le recitamos a la Virgen
María para suplicarle ante Dios dándole paz al alma y fortificando nuestro
espíritu. Versos que se agrupan tomando en cuenta los seis títulos más sublimes
de María: Su Santidad, su Maternidad Divina y espiritual, su Virginidad, su
Ejemplaridad, su Mediación y su Realeza.
Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Devociones_marianas
https://es.catholic.net/op/articulos/6067/cat/355/8-la-verdadera-devocion-a-maria.html#modal
Muchas gracias por el articulo. Mes de Mayo, devoción mariana
ResponderBorrarHermoso escrito !
ResponderBorrarMayo, el mes de la primavera, de la fertilidad, de los colores, mes de la Virgen María.
ResponderBorrarComo bien lo dices en el artículo, la verdadera devoción tiene que ver con nuestro mundo interior y si estamos bien por dentro todo lo reflejaremos por fuera.
Gracias amigo querido.
Ede