Nace en Madrid, el 4 de
noviembre de 1891, hija de don Luis Pidal y Mon y de doña Cristina Chico de
Guzmán, Marqueses de Pidal. Su vida se inicia en un ambiente de profunda
religiosidad y de alto nivel sociocultural. Desde muy niña se mostraba
inteligente, su contacto con la naturaleza influyó en su formación humana y
práctica, y especialmente en su inclinación hacia la virtud. En su juventud,
con la ayuda del jesuita Juan Francisco López, fue alcanzando su madurez
espiritual y a llevar una vida caritativa derrochando sacrificios y dinero en
favor de los pobres. El 12 de octubre de 1919 entra a las Carmelitas Descalzas
en el Carmelo de El Escorial (Madrid) como postulante, tomando los hábitos el
21 de abril de 1920 y el 7 de mayo de 1921 hace sus primeros votos. Fue una
novicia con mucha madurez humana lo que la ayudó a adaptarse con facilidad a su
nueva vida en el convento. El Sagrado
Corazón de Jesús le inspira a fundar un Carmelo en el Cerro de los Ángeles,
ubicado en Getafe, en las cercanías de Madrid, con una ermita dedicada a la
Virgen de los Ángeles, hacia el año 1919 se erige un monumento al Corazón de
Jesús. El 19 de mayo de 1924 Madre Maravillas de Jesús sale del convento de El
Escorial junto a tres monjas, con el firme propósito de fundar un Carmelo en el
Cerro de los Ángeles, y el 12 de abril de 1925, domingo de Resurrección, es
colocada la primera piedra del monasterio del Cerro de los Ángeles, siendo el
inicio de los tantos carmelos fundados por ella. La Madre Maravillas de Jesús,
es un ejemplo de un alma consagrada a Dios en la vida puramente contemplativa
del Espíritu Santo el cual enseñó a sus hijas y que irradia en todos los
conventos fundados por ella. Madre Maravillas de Jesús se caracterizó por su
fiel cumplimiento a las Reglas y las Constituciones de las Carmelitas
Descalzas. Fue entusiasta y con una vida interior rica en gracias divinas, las
cuales se han podido descubrir gracias a sus cartas, notas y exhortaciones.
Muere el 11 de diciembre de 1974; su muerte fue sencilla, con su hábito y en la
hamaca que hacía de su cama, sonriendo y despidiéndose con su mano. El día
anterior a su fallecimiento decía: ¡Qué felicidad morir Carmelita! El 10 de
mayo de 1998, fue beatificada en Roma por el papa Juan Pablo II. En julio de
1998 tiene lugar un milagro, en Argentina, el cual es atribuido a la
intercesión de la Beata Madre Maravillas de Jesús, se trataba de la curación de
un niño que sufrió una asfixia por inmersión en una piscina de agua estancada y
que permaneció aproximadamente 20 minutos bajo el agua. El 4 de mayo de 2003, el mismo papa Juan
Pablo II declara la solemne canonización en Madrid de santa Maravillas de
Jesús. Su festividad se celebra el 11 de diciembre.
En mi visita a la Catedral de Madrid, en agosto de
2013, observé un cuadro con la imagen de Santa Maravillas de Jesús, jamás había
escuchado hablar de ella. Me llamó la atención su nombre, me acerque y tomé su
oración la cual en la parte delantera de la tarjeta tenía un mensaje escrito
por Santa Maravillas de Jesús que me impactó, decía: “Lo que Dios quiera, como
Dios quiera cuando Dios quiera”. Recé la oración produciéndome una agradable
sensación, desde ese día me interesé en conocer más sobre su vida y empecé a
rezar su oración todos los días tomándole mucha fe, tan es así que me prometí
que en mi próximo viaje a Madrid visitaría a las Carmelitas Descalzas de
Aldehuela, en Getafe para obtener más información sobre ella. Y así fue,
efectivamente en mi viaje en abril de 2014, específicamente, el 12 de abril
tuve la oportunidad de ir a la Aldehuela y al Cerro el Ángel, gracias a mis
amigos Leylanis, Javi y Edy quienes residen en Madrid y a Franklin quien me
acompañaba desde Caracas. Fue una experiencia maravillosa además de obtener
bibliografía sobre su vida, pude visitar la capilla donde reposan sus restos y
el museo con sus reliquias. Nos atendió muy amablemente Maribel, una laica
comprometida quien nos suministró información de primera, sin embargo hubo un
comentario que me agradó mucho y que me hizo reflexionar sobre lo que es el verdadero
amor a Dios, nos comentó que en sus últimos días la madre María Josefa fue
quien la acompañó y esta pocos días antes de su muerte le dijo: ¡Madre te vas
al cielo! A lo que Madre Maravillas de Jesús responde ¡Qué bueno, por qué no me
lo habías dicho antes! También tuve la oportunidad de conocer al Señor Nicolás
Gómez, se encontraba en ese momento visitando la Aldehuela y quien se desempeñó
como monaguillo en la iglesia del Cerro el Ángel y conoció a Maravillas de
Jesús. Y al igual que Maribel, Nicolás nos recomendó que visitáramos el cerro.
Nos dirigimos al cerro a 2 kilómetros de distancia de Aldehuela, veíamos el
cerro por el norte, por el este, por el oeste y por el sur pero no
encontrábamos la entrada, pasado cierto tiempo decidimos regresarnos a Madrid
con la desilusión de no haber podido llegar al cerro, cuando de pronto aparece
un aviso que señalaba la entrada al cerro, este evento lo tomé como un regalo
que me hacía Santa Maravillas de Jesús. La paz y la espiritualidad que se
siente en ese lugar son verdaderamente reconfortantes.