jueves, 29 de noviembre de 2012

Chiqui




Escribí en mi libro “Mis Oraciones Diarias” (2da. Ed.) Siempre había oído, lo valioso que son las mascotas como terapia para una persona enferma. En enero de 1999 decidí tener una mascota, es así como llega Chiqui, la cual me reconfortó y reanimó mis ganas de vivir”. Ayer, 28 de noviembre, recién llegando de un viaje, estuve que vivir y sentir el dolor inmenso de despedir para siempre a mi Chiqui, solo los que tienen o han tenido una mascota pueden comprender lo que se disfruta con ellas en vida y lo que se sufre cuando se nos van.

Fueron casi 14 años disfrutando de su compañía, su amor y lealtad, por lo que hoy puedo decir, que Chiqui es parte de la historia de mi vida. Vivió conmigo mis momentos de alegrías, triunfos moviendo de manera agitada su colita; pero también vivió mis tristezas y con su lenguita en muchas oportunidades secó mis lagrimas. Hoy tengo que secármelas yo mismo al ya no estar junto a mí.

Al decir que reanimó mis ganas de vivir, me refiero, que después de 10 años luchando con mi enfermedad, decidí no seguir esa lucha y entregarme, estaba cansado de tantos medicamentos, limitaciones y exámenes. Gracias a Dios que puso en mi camino a Chiqui la cual se convirtió en mi mejor terapia, con ella aprendí que había que seguir luchando, y así retomo mi nueva lucha hasta el día de hoy, que en honor a ella la seguiré hasta que Dios lo decida.

Chiqui, tu recuerdo seguirá siendo parte de la historia de mi vida.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Año de la Fe

                                      

El 11 de octubre del presente año, asistí a la misa en la iglesia San Pablo Apóstol de la Urb. Colinas de Bello Monte, misa que había encomendado por el eterno descanso de mis hermanos Petronio que cumplía 13 años de fallecido y Braulio que cumplía 35 años. Ese día por voz del sacerdote me enteré que iniciaba el año de la fe, proclamado por el papa Benedicto XVI,  en ocasión que el 11 de octubre se cumplían 50 años de la apertura del segundo Concilio Vaticano y que finalizaría el 24 de noviembre de 2013, día en que la iglesia celebra la solemnidad del Cristo Rey.

El Concilio Vaticano, es una asamblea de obispos los cuales son convocados para debatir temas de interés a la doctrina y disciplina de toda la iglesia católica. Este segundo Concilio se inició el 11 de octubre del año 1962 con una duración de tres años, finalizando así en el año 1965. Resalta el hecho que lo inicia el Papa Juan XXIII, quien fuera papa de la iglesia católica entre 1958 y 1963, y debido a su fallecimiento, el 3 de junio de 1963 lo cierra su sucesor el Papa Pablo VI, quien fue papa de la iglesia católica durante el periodo (1963- 1978). Dentro de las declaraciones más relevantes de este Concilio destacan: La libertad religiosa, la educación cristiana y el respeto a las otras religiones.

Así tenemos, que este año de la fe, tiene como objetivo primordial “reforzar la fe en Dios”. Pero que es la fe, si nos centramos en las Sagradas Escrituras, en Hebreo 11:1, nos dice: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. De allí, que debemos mantener la fe en Dios, para poder llenarnos de la esperanza de que nuestros deseos, anhelos y necesidades serán alcanzados.

Reforzar la fe en Dios, implica tener mayor conciencia y convencimiento de la presencia de Dios en todos los eventos y situaciones que vivimos en este mundo creado por él. Aun cuando alguna situación nos parezca negativa, debemos permanecer firmes en nuestra fe, teniendo presente que no hay problema que le resulte grande o insignificante a Dios. Cuando nos mantenemos firmes en nuestra fe sabemos que todas las cosas son posibles y nos encaminamos en su búsqueda, dejando a un lado la incertidumbre, la preocupación y el miedo. Y esa misma fe nos enseña a esperar, si hay que esperar. Y es que Dios vive en nosotros, aunque nunca lo hemos visto, cada vez que expresamos amor hacia otra persona podemos sentir su presencia. Es así como en este año de la fe, como criaturas creadas por Dios vamos a vivirlo regidos por el amor y la paz.

Con nuestra fe podemos preparar el camino que nos conduce a la respuesta de nuestras oraciones. No se puede concebir oración sin fe. Marcos 11:24 nos dice: “Por tanto, os digo que todo lo que pediréis orando, creed que lo recibiréis y os vendrá”.

En lo personal, puedo asegurar que a través de la oración he encontrado respuesta a mis suplicas, puesto de manifiesto en mi libro “Mis Oraciones diarias”. Por lo que hoy quiero recordar, algo que escribí en su primera edición: “La práctica diaria de estas oraciones, han hecho que todos estos años, que podrían ser los mas duros de mi vida, contradictoriamente, han sido años de mucha paz espiritual y los mas productivos que he vivido. Así como también me han dado la suficiente fortaleza para seguir mi gran lucha por la vida”. Y es que para mi la fe es la fiel creencia en el amor de Dios hacia mi, sin importar quien soy y que hago; así como al cuidado que siempre me ha brindado, permitiéndome superar crisis y especialmente situaciones bien comprometedoras de salud, gracias a Dios hoy vivo, y puedo expresar mi fe en él.

De tal manera que en este año de la fe, los invito a saludar cada día con una mayor fe en Dios, reconociendo su presencia.