A Engracia le toco vivir en la época de las grandes persecuciones a los cristianos, en tiempos del emperador Diocleciano. Dichas persecuciones, llegaron a España, inicialmente a Gerona, luego Barcelona y finalmente Tarragona y Zaragoza. El Emperador Diocleciano envió a España como prefecto al cruel Daciano, quien hizo mártires a muchos cristianos que no renegaron de su fe.
Es así, como Engracia se convertiría en una de las mártires de la capital de Aragón. Engracia era una noble joven cristiana que se encontraba de paso por Zaragoza, en su viaje a Rosellón, región histórica de Francia quien fue parte de España hasta el Tratado de los Pirineos. La acompañaban en su viaje, un numeroso cortejo, incluyendo a su tío Lupercio, cuyo objetivo era el de encontrarse con su prometido un noble rico de allá, para luego contraer matrimonio cristianamente.
Con gran valentía y guiada por el Espíritu Santo, Engracia se presentó, junto con sus séquito, ante Daciano reprochándole su actitud y cruel conducta. Haciendo caso omiso a los reproches de Santa Engracia, Daciano, intentó, con halagos y promesas, que Engracia renegase de su fe, a lo que ella responde su firme negativa y es que Santa Engracia permaneció firme en su amor a Jesús.
Ante la amenaza de ser torturada y ejecutada los caballeros del séquito que la acompañaban advirtieron a Daciano “si ella merece la muerte, también nosotros debemos morir; si te han molestado sus palabras, su confesión es la nuestra. Pero si nosotros seguimos con vida ella también debe continuar viviendo”.
En medio de su furia, Daciano ordenó que la torturasen, y la degollaran junto con su valiente séquito. Santa Engracia recibió cristiana sepultura, por el obispo Prudencio colocando sus restos en una urna de mármol, junto a las cenizas de los 18 caballeros que la acompañaban.
Sus restos se conservan en la iglesia basílica de Santa Engracia de Zaragoza. Y su festividad se celebra en Zaragoza el 16 de abril.
Fuente:
https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=117 https://es.wikipedia.org/wiki/Engracia_de_Zaragoza
Bornos y Prim (2002) Los Santos que nos protegen. Editorial Pinter Latinoamericana. Bogotá.
