Genoveva fue una virgen de Francia, venerada por la Iglesia católica como santa Genoveva. Patrona de la ciudad de París y de su Gendarmería. La vida de Santa Genoveva, se conoce después de dieciocho de haber transcurrido su muerte, gracias a una “Vida de Santa Genoveva” escrita hacia 520 por Gregorio de Toursse.
Genoveva siendo aún muy joven se entrega a Dios, viviendo desde los 16 años una vida consagrada y ascética.
Sus padres eran gente de campo, poseían un rebaño de ovejas, su padre proveía de lana a su esposa para que la hilara. Una vez que la pequeña Genoveva alcanzó la edad suficiente, se hizo cargo de apacentar las ovejas a orillas del río Sena.
Cuando Genoveva, tenía diez años, llegaron a la aldea de Nanterre, los obispos Germán obispo de Auxerre y Lupo, obispo de Troyes quienes iban camino a la Bretaña francesa cumpliendo órdenes del Papa Celestino I, cuya misión era la de combatir la herejía del pelagianismo que negaba el pecado original.
En su visita, se detuvieron en la pequeña iglesia de Nanterre dedicada a San Mauricio, a donde asistieron todos los aldeanos con el propósito de recibir la bendición de los obispos visitantes.
Durante un sermón que el obispo Germán dio a la comunidad, se dice que una luz sobrenatural comenzó a brillar sobre la frente de la niña Genoveva. Entonces el obispo la llamó, le besó la frente y le profetizó a sus padres que esa niña sería grande ante el Señor, y que encaminaría a muchos infieles y pecadores que con su intercesión alcanzarían la salvación. La niña le dijo entonces al obispo que le había prometido al niño Jesús que sería su esposa, y el obispo le repuso que Dios había aceptado su ofrecimiento, y que debía volver al día siguiente para ser desposada. Al otro día, Genoveva llegó con sus padres a la iglesia, donde el obispo Germán, poniéndole su mano sobre la cabeza, la consagró a Dios y le colgó en el cuello una medalla de cobre que tenía grabada la señal de la cruz.
Hay otro hecho curioso relacionado con Geroncia, la medre de Genoveva; cuando su padre se disponía a ir a la iglesia, ofreciéndose Genoveva a acompañarlo, por un capricho inexplicable la madre se negó a que Genoveva acompañara a su padre, regañándola fuertemente a la vez que la abofeteó. En ese mismo instante, Geroncia perdió la vista. Este hecho entristeció tanto a Genoveva, que día y noche rogaba a Dios para que su madre recobrara la vista, mientras que Geroncia reconoció su falta y aceptó el hecho como un castigo merecido. Dos años pasaron cuando una mañana Geroncia envió a su hija al pozo por agua, y mientras la niña llenaba la cántara con agua, sus lágrimas, que resbalaban por sus mejillas, caían a la misma cántara. Entonces llevó el agua a su madre, y haciéndole la señal de la cruz, se la dio para que se lavara el rostro. Al hacerlo, Geroncia recuperó la vista, y desde entonces se hicieron famosos los pozos milagrosos de Nanterre.
Por otra parte, Genoveva encabezó la defensa de la ciudad de París en épocas de asedio, principalmente contra la invasión de los Hunos guiados por Atila en el año 451; exhortando al pueblo para que se unieran en la defensa de la ciudad, a la vez, hizo que todas las mujeres elevaran oraciones en las cercanías de Notre-Dame.
Genoveva muere el 3 de enero del año 502, siendo considerada por la ciudad de París como su patrona. Sobre su tumba se construyó un famoso templo, el cual en la Revolución Francesa fue destruido y en ese sitio levantaron el edificio llamado Panteón, donde los franceses entierran a sus héroes.
Fue canonizada por los votos del pueblo de París, y su festividad se celebra el 3 de enero.
Fuente:
https://www.google.com/search?client=firefox-b-d&q=Santa+Genoveba
https://es.catholic.net/op/articulos/31754/genoveva-santa.html#modal