La respiración es una de las funciones vitales de
todo ser humano, que consiste en absorber el oxigeno a través de la inhalación,
el cual entra en el flujo sanguíneo, produciendo la energía necesaria para el
organismo, y expulsar con la exhalación el dióxido de carbono.
Respirar es lo que más hacemos en nuestras vidas y
que muchas veces no le prestamos la debida atención porque simplemente no tenemos conciencia de
su vital importancia. La respiración es una actividad automática que puede
fácilmente ser controlada de manera consciente. De allí la importancia de la
llamada Respiración Consciente, como su nombre lo indica es tomar conciencia
de esta vital actividad, centrar la atención en nuestra respiración para devolver
nuestra mente a nuestro cuerpo, con indudables efectos benéficos sobre la salud
física, pero también debe manifestarse en un sentido espiritual para que se
produzcan cambios positivos en la conciencia y la vida de las personas. Todo
esto, nos indica, que la respiración es un medio de la conciencia, al respirar
profundamente, mayor será la amplitud de conciencia; pero para que eso suceda
debemos tener conciencia de ella.
La clave para lograr la relajación de la mente y el
cuerpo, es una buena respiración, se puede decir que es la llave de nuestro
bienestar físico, emocional y espiritual. Y es que el aire está estrechamente
vinculado con el alma viviente.
Aprender a respirar significa mejorar la salud,
relajar el sistema nervioso lo que implica minimizar los niveles de ansiedad,
angustia, cansancio, insomnio y sobre todo liberar el estrés y recargar
nuestras energías. Son muchos los beneficios que se pueden lograr cuando prestamos
atención a nuestra respiración y la hacemos de manera consciente. Además de los
antes mencionados, una respiración consciente ayuda a reforzar nuestro sistema
inmunológico, mejorar problemas cardiacos, hipertensión y algo muy importante a
controlar la ira y la rabia; la respiración consciente nos permite controlar
nuestro cuerpo y nuestra mente.
Los niveles de concentración también se ven
beneficiados a medida que practicamos con frecuencia la respiración consciente,
esto se debe a que centramos nuestra atención en una sola cosa (la respiración)
durante el tiempo que deseamos.
Nuestro torrente sanguíneo también se ve beneficiado
porque al respirar conscientemente: inhalar-detener-exhalar-pausa las cuatro
fase de la respiración, estamos dando mayor oxigenación a los pulmones.
En mis sesiones de Chi Kung terapéutico con mi grupo
del gimnasio, siempre les insisto en la importancia de la respiración,
iniciamos la clase recordando “boca cerrada, lengua pegada al paladar:
inhalar-detener-exhalar-pausa.” Al inhalar me alimento y al exhalar me limpio.
Le dedico clases especiales para hacer auto-terapia de respiración, y de igual
manera ejercicios de respiración consciente inhalando lo bueno y exhalando lo
malo. Les insisto en que la respiración consciente es el medio adecuado para
estar consciente del hoy y el ahora. Considero que sin ejercicios de
respiración es difícil e imposible obtener los efectos terapéuticos del Chi
Kung, a la vez que mantener en forma el estado físico. Sincronizar el movimiento
con la respiración, es esencial para el despliegue de la energía.
En conclusión la respiración más adecuada es la que
somos capaces de realizar sin presión ni tensión; es más bien una respiración
natural y cómoda. Pero siempre teniendo conciencia de ella, por eso se llama
respiración consciente. Y libre de resistencia e inquietudes para que se torne
más profunda y poder beneficiarnos de
ella.
Respirar conscientemente es tomar conciencia que el
aire no se guarda únicamente en los pulmones, sino que viaja por todo el cuerpo
llenándolo de vitalidad y transmutando los centros energéticos, cambiando lo
malo por lo bueno.
Respirar conscientemente es elevar nuestro nivel de
conciencia, creando una sensación de apertura y a descubrir quienes somos. La
respiración está íntimamente relacionada con la relajación, un cuerpo relajado
le resulta más fácil respirar.
“Me calmo, respiro y me lleno de paz”
Namaste
Fuentes
consultada:
AON (1998)
Tai Chi Chi Kung. Sus virtudes de oro. Editorial Kier S.A. Buenos Aires-
Argentina.
Zhang Fuxing (1997)
El libro de Tai Chi. Ediciones Martínez Roca, S.A. Barcelona-España