Tulipanes de la Nobleza |
De
la persona noble, se dice, que es poseedora de un elevado sentimiento, que lo
pone de manifiesto al ser sensible ante los problemas, sufrimientos y
dificultades de los demás. Todo ello debido a su sensibilidad interior que le
permite colocarse en el lugar de la otra persona, entender y compartir sus
tristezas y sus alegrías: “Gozaos
con los que se gozan; llorad con los que sufren.” (Romanos 12:15)
De
tal manera que la nobleza, es ese valor que define a una persona generosa,
llena de bondad hacia el prójimo, sin pedir nada a cambio ya que siempre actúa
sin malicia y maldad; su mayor sentimiento es el más hermoso que puede tener
una persona “el amor”. El cristiano que es bondadoso nunca se le debe olvidar
de hacer el bien a quien lo esté necesitando: “No te niegues hacer el
bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo.” (Proverbios
3:27)
Para ser noble, no solamente tenemos que ser bondadosos y
generosos; también debemos ser poseedores de otros valores tales como el
respeto, la justicia, la solidaridad y la humildad.
Para lograr vivir en paz y en unidad con Dios y con nuestros
semejantes, es importante el respeto. Que nuestro trato sea respetuoso hacia
los niños, jóvenes, adultos y ancianos. Cuidar siempre de nuestras palabras: “Ninguna
palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.” (Efesios
4:29)
El noble, es digno de admiración por su sentido de justicia,
es una persona justa en su trato y en su convivencia con los demás. Su
razonamiento es justo, porque actúa en base a la razón y a la verdad. Además
siente un profundo respeto hacia los principios de su religión, considerando
que su salvación dependerá de su nivel de fidelidad: “Sucumbirá
quien no tiene el alma recta, más
el justo por su fidelidad vivirá.” (Habacuc 2:4)
Por supuesto que otros de los valores que posee la persona
noble, es la solidaridad, entendiéndose como esa actitud incondicional hacia
los problemas y dificultades que viven otras personas. Estar siempre dispuesto
ayudar y cooperar en la solución de sus dificultades y penurias. Sería muy
beneficioso para la humanidad que todos nos comportáramos de manera solidaria
ante el dolor de los demás, cuando somos creyentes, sabemos que esas son cosas
que le agradan a Dios: “Y de hacer bien y de la ayuda mutua
no os olvidéis, porque de tales sacrificios se agrada a Dios.” (Hebreos
13:16)
El otro valor y muy importante asociado a
la nobleza, es la humildad, y es que después de las virtudes teologales (fe, esperanza
y caridad) y de la justicia como orden de la razón, sigue por excelencia la
virtud de la humildad a través de la cual el alma se dispone a cumplir con las
virtudes anteriores.
El valor de la humildad nos ayuda a no actuar de manera
desmesurada y con excesos, en otras palabras a refrenar nuestros instintos y
apetitos. Para sobrevivir en un mundo saturado de vanidades, es preciso y
necesario despojarnos de nuestro orgullo. Jesús nos invita a aprender esta
virtud, cuando nos dice: “Aprended de mí, que soy manso y
humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.” (Mateo 11:29)
Otro
ejemplo de humildad, es el de nuestra madre la virgen María, cuando recibió la
anunciación del ángel Gabriel: "He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tu palabra." (Lucas 1:38)
En lo personal, siempre ha dicho que me siento bendecido por
Dios, por la familia y los amigos que me ha regalado. Y es que siempre en mis
momentos de dificultad, enfermedad, tristezas y alegrías, de manera
incondicional me han brindado su apoyo. Aprovecho de manera muy especial
agradecer a esos grupos que a través de la red mantengo contacto diario: Los
Castro, Amigos de Siempre, Los Irresistibles, Soy Venezuela, Los Panas, Los
Superpanas, Reikianos Somos y a mi grupo de Chi Kung. Gracias
a todos.