Auténticos testimonios
ponen de manifiesto la profunda veneración que en los siglos medios profesaban
a la imagen de la Virgen de Lugo, los reyes, los magnates y el pueblo. Son
muchos los nombres que se le han dado a esta Virgen; en un principio los reyes la
denominaban Santa María de Lugo, luego se la llamó Virgen de las Victorias y
desde el siglo XVI se la conoce con la dulce advocación de Virgen de los Ojos
Grandes; título que procede de la denominación popular con la que los devotos
comenzaron a llamar a esta imagen, haciendo referencia a la peculiar magnitud
de sus ojos. Sin embargo, de acuerdo a la tradición, se le puede atribuir esta
denominación al hecho de que San Pedro de Mezonzo, Obispo de Santiago de
Compostela, compuso la célebre oración mariana de la Salve ante esta imagen:
“Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos”.
Según Odoario, Obispo de Lugo en el siglo VIII, la basílica
de Santa María existía antes de la invasión musulmana y la actual imagen de la
virgen puede ubicarse en la segunda mitad del siglo XII o comienzos del siglo
XIII.
Son numerosos los milagros
que se le atribuyen a esta virgen, muchos de ellos ocurridos en la misma
iglesia. Es así como el 15 de agosto de 1904 la imagen de Nuestra Señora de los
Ojos Grandes recibe solemnemente, por concesión pontificia, la coronación
canónica por el entonces obispo de Lugo, don Benito de Murúa. De allí que sus
festividades se celebran en la ciudad de Lugo, Galicia, España, todos los 15 de
agosto de cada año. Pero la Virgen siguió manifestándose, al atardecer del 6 de
marzo de 1980, un suceso extraordinario conmovió a la comunidad de Lugo. La
Santísima Virgen se les manifiesta a tres niños, los cuales habían decidido
jugar a tirarle piedras a los ojos de la Virgen. De pronto la sagrada imagen
comenzó a mover sus ojos y sonriéndoles acunaba en sus brazos al Niño Dios.
En mi recorrido por la
Catedral de Lugo, en Galicia-España, el 15 de agosto de 2007, me impresionó de
manera particular una Virgen cuyos ojos eran grandes y a su vez de apariencia
muy real; es así como decido acercarme y leo que se trataba de la Virgen de los
Ojos Grandes. Fue un momento casi indescriptible, pues sentí que me estaba
mirando, lo que hizo que me quedara inmóvil por unos cuantos minutos y solo se
me ocurrió arrodillarme y hacerle la siguiente súplica:
"Virgencita, ya que me estás mirando, porque
así lo siento, lo único que quiero pedirte es que con esa mirada me des la
salud que tanto necesito”.
Para esos días mi salud no era muy buena, venía de varios
meses de recaída, y sentí que en los días siguientes empezó a mejorar mi estado
de ánimo y poco a poco recuperé mi estado físico.
Canción a la Virgen de los Ojos
Grandes
Virgen
de los Ojos Grandes, Madre y Señora mía, muéstrame tu alegría y tu dulce
pureza.
Virgencita
patrona de un barrio humilde, quédate conmigo en los momentos buenos y en los
tristes.
Con el Niño en tu pecho y tus manos limpias y sabias, con la mirada tan
bella, Tú me das fe y esperanza.
Mírame, Virgencita, con tus ojos grandes de amor, tus ojos grandes de
paz, Tu ojos grandes de cariño, tus ojos grandes de bondad. Amén
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Canción:
historialaluz.blogspot.com