lunes, 10 de noviembre de 2014

San Clemente



 
El 23 de noviembre, la iglesia católica celebra el día de San Clemente, venerado como santo y mártir. Considerado como un insigne cristiano de finales del siglo I.
San Clemente es el tercer sucesor de San Pedro, como obispo de Roma y vicario de Cristo. Nació en Roma y se le conoce como el padre de los apóstoles, a quienes les transmitió la predica de Jesús de Nazaret. Por su parte, San Ireneo, obispo de Lyon (Francia) hasta el año 202, aseguraba que Clemente había visto a los apóstoles.
A San Clemente  se le atribuye el uso de la confirmación según el rito de San Pedro, en el Nuevo Testamento, encontramos que: Estando los apóstoles en Jerusalén escuchan decir que Samaría había recibido la palabra de Dios, es así, como envían a Pedro y a Juan; quienes oraron por ellos con la intención de recibir al Espíritu Santo, puesto que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. Entonces, Pedro y Juan proceden a imponerles las manos, recibiendo al Espíritu Santo. (Hechos 8:14-17).
Igualmente se le atribuye a San Clemente el uso de la palabra Amén en las ceremonias religiosas.
Como obispo de Roma se le reconocen varios escritos, sin embargo, la más comprobada es la “Carta a los Corintios”, cuyo objetivo era el de restablecer entre ellos la paz y la concordia, siendo la misma reconocida como autentica, grande y admirable por el archivista de los inicios cristianos Eusebio de Cesárea.
San Clemente fallece hacia el año 97, arrojado al mar con un áncora en el cuello, habiendo sido exiliado por el emperador romano Trajano del Ponto, cuyo reinado se ubica en el periodo comprendido (98-117). Es por ello que a San Clemente se le conoce como Santo y Mártir.
En lo personal puedo decir, que nací un 23 de noviembre, y por celebrarse el día de San Clemente, mis padres decidieron bautizarme con el nombre de Fernando Clemente, nombre que al tener uso de razón no fue de mi agrado y siempre ocultaba mi segundo nombre, hasta que ya adulto conocí la historia de San Clemente, la cual hizo que hoy día sienta el orgullo de llevar su nombre. Celebraré este día rezando la oración litúrgica a San Clemente:
Dios todopoderoso y eterno, que te muestras admirable en la gloria de tus santos, concédenos celebrar con alegría la fiesta de san Clemente, sacerdote y mártir de tu Hijo, que dio testimonio con su muerte de los misterios que celebraba y confirmó con el ejemplo lo que predicó con su palabra. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén