La devoción al Santo
Rosario es muy antigua. Consiste en un acto de reflexión y meditación de los
misterios de Cristo, acompañado de la repetición del Padre Nuestro, del
Avemaría y Gloria, sirviendo de fortalecimiento de la fe y convirtiéndolo en verdadero acto de amor y esperanza.
Nuestra Señora del
Rosario, es una advocación Mariana. Se dice que la Virgen María se le apareció
a Santo Domingo de Guzmán en el año 1208 en una capilla del monasterio de
Prouilhe, ubicado en Francia, enseñándole a rezar el rosario a la vez que le
manifestó que propagara esta devoción y la utilizara para defenderse de los
enemigos de la fe. Pero en el siglo XV la devoción al Santo Rosario había
decaído, lo que conlleva a una nueva aparición de la Virgen, esta vez al Beato
Alano de la Rupe, recordándole las promesas de su primera aparición a Santo
Domingo. Esta vez le pidió que rescatara la devoción y recopilara en un libro
todos los milagros llevados a cabo a través del rosario. En el año 1917 en
otras apariciones de la Virgen, esta vez en Fátima. La
Virgen se le apareció a tres niños pastores de muy corta edad: Lucía de diez
años, Francisco de nueve años y Jacinta de siete años, siendo la primera
aparición el 13 de mayo de 1917 y luego durante seis meses siguieron las
apariciones hasta el 13 de octubre de 1917. Según testimonios de los niños la
Virgen siempre pedía rezar el rosario para la conversión de los pecadores y del
mundo entero, es por eso que también se le llama Nuestra Señora del Rosario de
Fátima.
Son cinco los misterios
que se rezan en el rosario, cada uno representa un momento de la
vida de Jesús y de la Virgen María.
Así tenemos, que los días
lunes y sábados se rezan los Misterios Gozosos; están relacionados con la
anunciación y la infancia de Jesús. Los Misterios Dolorosos, se rezan los
martes y viernes, y están referidos a la Pasión de nuestro Señor Jesucristo. Los
Misterios Gloriosos resaltan todos los sucesos relacionados con la Resurrección
de Jesucristo; y se rezan los miércoles y domingos. Los jueves se rezan los
Misterios
Luminosos los cuales fueron instituidos por el Papa Juan Pablo II, hoy San Juan
Pablo y representan todo lo relacionado con la vida pública de Cristo.
Durante el rezo del
rosario se dicen las Letanías a la Virgen. Son versos que le recitamos a la
Virgen María, para suplicarle ante Dios, dándole paz al alma y fortificando nuestro espíritu.
En ellas se resaltan los seis títulos más sublimes de María: Su Santidad, su
Maternidad Divina y Espiritual, su Virginidad, su Ejemplaridad, su Mediación y
su Realeza.
Leyendo el libro de Las
Carmelitas Descalzas-Cerro de los ángeles y La Aldehuela (2008) en su quinta
edición. Si Tú le dejas. “Vida de Santa Maravillas de Jesús, Carmelita
Descalza”. Encontré una anécdota del Marqués Luis Pidal, que se registró en una
sesión del Congreso, (Madrid – España), que textualmente dice: “Un
diputado de la oposición le increpó burlonamente, diciendo: "Su
Señoría ha llegado tarde, porque estaría rezando el Rosario". Don Luis sin inmutarse,
sacó del bolsillo un rosario que presentó a las miradas atónitas de aquellos
ilustres parlamentarios, y respondió serenamente aquí. Lo llevo siempre conmigo.” El
Marqués Luis Pidal, en el año 1910 impidió la ruptura de España con la Santa
sede y fue el padre de Santa Maravillas
de Jesús. Resaltó esta anécdota, porque siempre llevo conmigo un pequeño
rosario en mi bolsillo a la vez que les aconsejo a mis amigos y familiares que
se acostumbren a llevar siempre un rosario con ellos.
Particularmente, pienso que el Santo Rosario es muy poderoso y
estoy de acuerdo cuando se dice “Sanación a través
del Rosario”. Es por eso que todas las noches rezo el Santo Rosario por mi
salud, aunque también lo rezo por el eterno descanso de mis familiares y amigos
que el Señor se ha llevado de nuestros hogares, así como también por mi país (Venezuela) para que
reine la paz, la justicia y la seguridad. Con esta práctica religiosa he podido
ir consolidando mi crecimiento espiritual, al tiempo que he llenado de paz todo
mi ser. Y bien me decía mi cuñada Rhodesia, cuando le mostré los rosarios que
estoy elaborando: “Cuando
rezamos sus cuentas las bendiciones se multiplican. Gracias a Dios y su excelsa
Madre”.