San Miguel Arcángel es uno
de los tres arcángeles cuyo nombre aparece en la Biblia, al igual que Gabriel y
Rafael; pues ellos son los tres altísimos serafines, que brillan continuamente
ante el trono de Dios. En el Antiguo Testamento se le reconoce como el gran
defensor del pueblo de Dios contra el demonio y su poderosa defensa continúa en
el Nuevo Testamento. Es reconocido por los católicos, como el más benéfico
mediador de los hombres, de acuerdo al testimonio del Profeta Daniel, quien
dijo en conversación con un ángel “ninguno me asiste en todas las cosas, sino
Miguel vuestro príncipe”.
Desde los primeros
tiempos, fue el centro del verdadero culto de los santos ángeles. Y es que
según la tradición, desde los primeros tiempos, San Miguel hizo una aparición
medicinal en Chairotopa, cerca de Coloseo, lugar donde todos los enfermos que
bañaron ahí, y que invocaron a la Santísima Trinidad y a San Miguel fueron
curados.
Entre sus milagros, el más
admirable fue el que se registró en el Monte Gorgano con el pastor, que
habiéndole disparado una flecha a un toro que estaba acostado dentro de una
cueva, retrocediendo la saeta con la misma fuerza y violencia, hiriendo al
pastor.
San Miguel, fue venerado
por primera vez en Frigia, antigua región de Asia Menor en la península de
Antolín, hoy día Turquía, y en donde se le consideró como el sanador angelical.
En el libro de Josué,
capítulo 5, encontramos que en la conquista de los Canoneos y Amorreos se le
presentó a Josué en forma de héroe armado y espada en mano y cuando Josué le
preguntó: “eres de los nuestros o de los enemigos”, respondió: “Yo
soy el Príncipe de los Ejércitos de Dios”.
Igualmente en el libro de
Apocalipsis, capítulo 1, se precisa que San Miguel es el ángel enviado por Dios
a San Juan Bautista para significarle lo que convenía hacer prontamente, y
darle la voz reveladora de profecía para todos los tiempos.
Fueron varias sus
apariciones entre las que cuentan en Roma, Francia, México y Portugal.
Precisamente, aparece en Fátima en el año 1916, antes de la aparición de la
Virgen María. La Iglesia Católica celebra el 29 de
Septiembre, la fiesta a San Miguel Arcángel, de quien se dice que después de
cuidar en esta vida de las almas cristianas y humildes, él es quien las conduce
ante el trono de Dios, una vez que han salido de su cuerpo.
Glorioso San Miguel
Arcángel, tu que libraste las más enconadas batallas contra los mensajeros del
mal y del odio; tú que saliste victorioso de las asechanzas malignas del
Príncipe de las Tinieblas, salvaguardando de sus garras a toda la humanidad; te
suplico me brindes protección de todos aquellos que me desean el mal y evites
que las almas del demonio sean esgrimidas contra mí. Cuídame de los enemigos
silenciosos y ayúdame a ser justo para que, con mi actitud, a nadie ofenda, ni
resienta y, por el contrario viva en paz con los hombres para llegar dignamente
a Dios. Amén.