Vivimos tiempos de Cuaresma, que representan un paso dentro del año litúrgico, y sirve de preparación para la fiesta Pascual y el domingo de Resurrección.
Tradicionalmente, decimos: cuaresma días de ayuno. Pero realmente sabemos cual es el ayuno que tenemos que hacer para agradar a Dios.
Si revisamos la biblia, en el libro de Isaías (58:6-8) apreciamos que el ayuno consiste en deshacernos de los nudos de la maldad, soltar del yugo y dejar libres a los maltratados; compartir tu pan con los que tienen hambre y viven en situación de pobreza; darle abrigo al que tiene frio; vivir en unión con tus semejantes. Todas estasacciones harán que se encienda tu luz, como la aurora y tus heridas sean curadas rápidamente y tengas justicia y gloria de Dios.
Es por ello, que debemos aprovechar esta Cuaresma para reciclar nuestras vidas, dejando que Cristo entre en nuestros corazones. Que la Cuaresma sea como el agua fresca que calme tu sed de amar y perdonar, de libertad y de justicia.
Hagamos de este tiempo litúrgico, un tiempo de conversión, que de lugar a cambios significativos en nuestra vida interior y la podamos manifestar a través de nuestras relaciones personales, sociales, profesionales y familiares.
Hoy más que nunca Venezuela necesita de esta Cuaresma, para dar una tregua a nuestras diferencias y convertirla en un tiempo de reconciliación con nuestros adversarios y unidos hacer de nuestra Venezuela un mejor país, donde reine la paz y la armonía entre todos nosotros.
Así pues, al ayunar recordemos el Evangelio según San Mateo (6:17-18) que dice: “Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que esta allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”