El crecimiento espiritual, es el desarrollo progresivo de la vida espiritual de un individuo, con predominio de los sentimientos, la razón y la religión sobre las cosas materiales. Es crecer en la fe y confianza en Dios.
A medida que el crecimiento espiritual va ocupando un lugar significativo en nuestras vidas, empiezan a florecer en nosotros la paciencia, la piedad, el afecto, el amor, la amabilidad, el dominio propio; dejando a un lado la envidia, el odio, la intolerancia y la vanagloria.
Ahora bien, qué podemos hacer para lograr este crecimiento espiritual. Al respecto me permito sugerirle la reflexión sobre los siguientes aspectos:
1. La Gratitud
Es muy reconfortante empezar cada día agradeciéndole a Dios por todas las bendiciones recibidas ya sean grandes o pequeñas, esperadas o inesperadas, y algo muy importante agradecer por todas aquellas personas que son especiales en nuestras vidas.
2. El Orden Divino
Cuando logramos ordenar nuestros pensamientos, nuestras acciones fluyen de manera natural permitiéndonos corregir cualquier error. La vida sería mejor, cuando dejamos que fluya en nosotros el orden divino, y de esa manera el espíritu de Dios permanecerá activo en nosotros.
3. Aceptar a las personas como son
Cuan difícil resulta a veces aceptar a las personas tal como son, siempre he dicho que si nos concentramos en los defectos de una persona estos nos alejarían de ella, mientras que si nos concentramos en sus virtudes podemos lograr un mayor acercamiento hacia ella. De allí, que debemos buscar las cualidades amorosas en los demás y de esa manera lograremos aceptar a las personas tal como son, lo cual nos ayuda a crecer espiritualmente.
4. La Flexibilidad
Al asumir una actitud de flexibilidad, nos estamos abriendo a la comprensión de que así como yo puedo cometer un error, las demás personas también lo pueden cometer; y esta comprensión nos conduce al perdón, el cual fomenta nuestro crecimiento espiritual, porque el perdón es amor.
5. La Felicidad
Cuando estamos con buen estado de ánimo no solamente se alegra nuestro espíritu, sino que podemos transmitirla a los demás, produciendo gozo y alegría en su espíritu. Mantener una actitud de felicidad nos llena de energías positivas cobrando significado el aliento y el deleite; pudiendo mejorar nuestro bienestar físico, mental y social. Caminar hacia la felicidad significa dejar de preocuparnos por cosas triviales.
6. El Amor
El que da amor siente contento en su corazón. Cuan alegría siente nuestro corazón cada vez que manifestamos amor hacia otro ser viviente. Y es que el amor no es capaz de producir sentimientos de rencor, ni de venganza. Porque simplemente, cuando amamos lo hacemos de la misma manera como nos amamos a nosotros mismos. El amor es la base fundamental de cualquier vínculo verdadero.
7. El Espíritu Sereno
A través del silencio podemos reflexionar sobre nuestro compromiso moral de ser mansos, amables, serenos y considerados. Un espíritu sereno nos permite asumir una actitud de comprensión y aceptación. Lo que nos conducirá a un descanso de nuestra alma, en medio de tantas tribulaciones del día a día en esta vida moderna.
8. El Entusiasmo
Cada día que amanece, trae consigo una nueva oportunidad de disfrutar la vida, la cual debemos buscar con entusiasmo, bien sea con una sonrisa o una actitud relajada. En fin poniendo todo lo mejor de nosotros en las cosas que vamos hacer y agradeciendo a Dios que estamos vivos.
9. La Visión Espiritual
El desarrollo del discernimiento espiritual se logra a través de la oración. Cuando nuestra visión esta centrada espiritualmente solo vemos lo mejor, lo máximo. La visión espiritual nos permite ver al mundo de manera más fervorosa, con una visión más amorosa y generosa hacia los demás.
10. La Oración
La oración fomenta nuestra fe en Dios, permitiéndonos superar las dificultades de una manera más calmada y serena. La oración nos ayuda a centrar nuestros pensamientos hacia lo que deseamos alcanzar, a la vez que aviva nuestra intuición sobre el camino a seguir. Con la oración nos llenamos de Dios y llenos de Dios podemos abrir nuestros corazones y nuestras mentes a nuevas maneras de asumir la vida.
Así pues, espero que estas ideas, sirvan de apoyo a quienes estén interesados en su crecimiento espiritual, tomando en cuenta que el mismo es un proceso para toda la vida y que solo logramos cuando nos apartamos de las cosas materiales y nos concentramos en las cosas que enriquecen el espíritu. El gozo que produce un bien material puede ser pasajero, mientras que el gozo del espíritu es eterno.
En lo personal desde hace veintidós (22) años inicié este proceso de crecimiento espiritual, justo cuando me fue diagnosticada una grave enfermedad. Y si bien considero que aún me falta mucho que aprender para seguir creciendo espiritualmente, de algo si estoy seguro, que me ha ayudado a sobrevivir de manera tranquila y serena, estos largos años, porque a través de este crecimiento se ha consolidado mi fe en Dios y he logrado comprender la fortaleza de la oración. Y precisamente, este es el mensaje que he querido transmitir a través de mis últimas publicaciones: “Mis Oraciones Diarias” y “El Jardín del Amor”.
A medida que el crecimiento espiritual va ocupando un lugar significativo en nuestras vidas, empiezan a florecer en nosotros la paciencia, la piedad, el afecto, el amor, la amabilidad, el dominio propio; dejando a un lado la envidia, el odio, la intolerancia y la vanagloria.
Ahora bien, qué podemos hacer para lograr este crecimiento espiritual. Al respecto me permito sugerirle la reflexión sobre los siguientes aspectos:
1. La Gratitud
Es muy reconfortante empezar cada día agradeciéndole a Dios por todas las bendiciones recibidas ya sean grandes o pequeñas, esperadas o inesperadas, y algo muy importante agradecer por todas aquellas personas que son especiales en nuestras vidas.
2. El Orden Divino
Cuando logramos ordenar nuestros pensamientos, nuestras acciones fluyen de manera natural permitiéndonos corregir cualquier error. La vida sería mejor, cuando dejamos que fluya en nosotros el orden divino, y de esa manera el espíritu de Dios permanecerá activo en nosotros.
3. Aceptar a las personas como son
Cuan difícil resulta a veces aceptar a las personas tal como son, siempre he dicho que si nos concentramos en los defectos de una persona estos nos alejarían de ella, mientras que si nos concentramos en sus virtudes podemos lograr un mayor acercamiento hacia ella. De allí, que debemos buscar las cualidades amorosas en los demás y de esa manera lograremos aceptar a las personas tal como son, lo cual nos ayuda a crecer espiritualmente.
4. La Flexibilidad
Al asumir una actitud de flexibilidad, nos estamos abriendo a la comprensión de que así como yo puedo cometer un error, las demás personas también lo pueden cometer; y esta comprensión nos conduce al perdón, el cual fomenta nuestro crecimiento espiritual, porque el perdón es amor.
5. La Felicidad
Cuando estamos con buen estado de ánimo no solamente se alegra nuestro espíritu, sino que podemos transmitirla a los demás, produciendo gozo y alegría en su espíritu. Mantener una actitud de felicidad nos llena de energías positivas cobrando significado el aliento y el deleite; pudiendo mejorar nuestro bienestar físico, mental y social. Caminar hacia la felicidad significa dejar de preocuparnos por cosas triviales.
6. El Amor
El que da amor siente contento en su corazón. Cuan alegría siente nuestro corazón cada vez que manifestamos amor hacia otro ser viviente. Y es que el amor no es capaz de producir sentimientos de rencor, ni de venganza. Porque simplemente, cuando amamos lo hacemos de la misma manera como nos amamos a nosotros mismos. El amor es la base fundamental de cualquier vínculo verdadero.
7. El Espíritu Sereno
A través del silencio podemos reflexionar sobre nuestro compromiso moral de ser mansos, amables, serenos y considerados. Un espíritu sereno nos permite asumir una actitud de comprensión y aceptación. Lo que nos conducirá a un descanso de nuestra alma, en medio de tantas tribulaciones del día a día en esta vida moderna.
8. El Entusiasmo
Cada día que amanece, trae consigo una nueva oportunidad de disfrutar la vida, la cual debemos buscar con entusiasmo, bien sea con una sonrisa o una actitud relajada. En fin poniendo todo lo mejor de nosotros en las cosas que vamos hacer y agradeciendo a Dios que estamos vivos.
9. La Visión Espiritual
El desarrollo del discernimiento espiritual se logra a través de la oración. Cuando nuestra visión esta centrada espiritualmente solo vemos lo mejor, lo máximo. La visión espiritual nos permite ver al mundo de manera más fervorosa, con una visión más amorosa y generosa hacia los demás.
10. La Oración
La oración fomenta nuestra fe en Dios, permitiéndonos superar las dificultades de una manera más calmada y serena. La oración nos ayuda a centrar nuestros pensamientos hacia lo que deseamos alcanzar, a la vez que aviva nuestra intuición sobre el camino a seguir. Con la oración nos llenamos de Dios y llenos de Dios podemos abrir nuestros corazones y nuestras mentes a nuevas maneras de asumir la vida.
Así pues, espero que estas ideas, sirvan de apoyo a quienes estén interesados en su crecimiento espiritual, tomando en cuenta que el mismo es un proceso para toda la vida y que solo logramos cuando nos apartamos de las cosas materiales y nos concentramos en las cosas que enriquecen el espíritu. El gozo que produce un bien material puede ser pasajero, mientras que el gozo del espíritu es eterno.
En lo personal desde hace veintidós (22) años inicié este proceso de crecimiento espiritual, justo cuando me fue diagnosticada una grave enfermedad. Y si bien considero que aún me falta mucho que aprender para seguir creciendo espiritualmente, de algo si estoy seguro, que me ha ayudado a sobrevivir de manera tranquila y serena, estos largos años, porque a través de este crecimiento se ha consolidado mi fe en Dios y he logrado comprender la fortaleza de la oración. Y precisamente, este es el mensaje que he querido transmitir a través de mis últimas publicaciones: “Mis Oraciones Diarias” y “El Jardín del Amor”.